El Método Dalcroze

EL MÉTODO DALCROZE
Origen

Emile Jacques Dalcroze nace en Viena, el 6 de julio de 1865, en el seno de una familia suiza muy aficionada a la música. Realizó estudios de piano en el Conservatorio de Ginebra, de los que no guarda muy buen recuerdo en sus escritos por el  método  antididáctico que se utilizaba. Después de estudiar en la Universidad de Ginebra, parte a París para estudiar música con Fauré y arte dramático con  Talbolt. Estudia  después en  Viena con Anton Bruckner, pero en la primavera de 1889 está de nuevo en París, regreso  que será decisivo para el desarrollo de la Rítmica pues en el trabajo con Mathis Lussy (1828-1910) encontró a un precursor teórico de la  Rítmica.
Comenzó su reforma de los métodos pedagógicos de solfeo cuando es nombrado profesor de la Academia de música de Ginebra (1892). Partiendo de la formación auditiva y de la concepción de que el músico no debe ser sólo un brillante intérprete en el sentido mecánico, inaugura en el Conservatorio de Ginebra en 1905 el primer curso de Gimnasia Rítmica. Por tanto, en los orígenes, la Rítmica estaba pensada para adultos, y no para  niños.
El método se desarrollo sobre todo a partir de la primera guerra mundial. Hasta que Dalcroze fallece en 1950, su sistema ha tenido una amplia difusión por toda Europa y  Estados Unidos, dando lugar a diversas versiones. Su gran trascendencia se  demuestra porque en la actualidad existen varias escuelas y organismos que trabajan la Rítmica dalcrociana para niños, adultos y formación de profesores de  Rítmica.
En España, Juan Llongueras (1880-1953) en Barcelona fue el primero en aplicar la Rítmica. Crea en 1912 el Instituto de Rítmica y Plástica, hoy llamado Instituto Llongueras  de Barcelona. Este centro es el principal referente del método Dalcroze en nuestro país. En  la actualidad, imparte numerosos cursos de divulgación del método y  publica  libros  y discos relacionados.

Educación musical a través del movimiento y el ritmo.


Esta metodología de Dalcroze es una educación por la música y para la música: por el poder de la música, porque a través de ella (especialmente el ritmo) se favorece la armonización de  los movimientos físicos y la capacidad de adaptación; para la música, porque une armoniosamente el movimiento y la expresión del cuerpo (expresión corporal),
el pensamiento y la expresión del alma (sensibilidad). Los ejercicios realizados en la Rítmica con el movimiento, la expresión y la sensibilidad favorecen el aprendizaje de la  música.
El ritmo, el movimiento y la danza son los elementos principales del método creado por Dalcroze y que denominó Rítmica o Gimnasia Rítmica. Reconcilia la mente  y  el  cuerpo, ya que considera al cuerpo como intermediario entre  el  sonido,  nuestro pensamiento y nuestro sentimiento.
La Rítmica o Gimnasia Rítmica está dirigida mediante el movimiento a favorecer el desarrollo de la motricidad (percepción, expresión corporal), la capacidad de pensar y el poder de expresión.

Fundamentación Pedagógica.

El método comparte con otras metodologías de principios del Siglo XX la idea de  que la educación musical no puede ser patrimonio exclusivo de unos pocos, por lo que la educación musical, en este caso la Rítmica, debe ser obligatoria en la escuela. La Rítmica    se convierte de esta forma en un valioso auxiliar para la educación  musical.
La educación por el movimiento como  preconiza Dalcroze es un importante factor  de desarrollo y equilibrio del sistema nervioso. La Gimnasia Rítmica acostumbra al niño a conocerse a sí mismo como instrumento de percusión rítmica y desarrolla el autodominio y  la eficacia de la acción. También es un rico medio para la expresión  emocional.
Como muchos de los grandes innovadores de la enseñanza, sus nuevas perspectivas intentan paliar las lagunas observadas en los estudios musicales. Encontró carencias y defectos en tres niveles: la propia educación musical vigente, en las interpretaciones de los futuros músicos profesionales y en las aptitudes motrices de los primeros alumnos de Rítmica.
A)    Respecto a las lagunas en la educación musical, Dalcroze observó que en los  métodos de su tiempo faltaba fundamentalmente un procedimiento pedagógico que desarrollase el oído y los sentidos melódico, tonal y  armónico.
La educación musical que se impartía en las escuelas de música perseguía un adiestramiento, pero no un verdadero desarrollo de las aptitudes musicales. Para Dalcroze,  las cualidades musicales consideradas indispensables en el futuro músico deben ser la agudeza auditiva, la sensibilidad nerviosa, el sentido rítmico y la facultad de exteriorizar espontáneamente las sensaciones emotivas (Dalcroze, 1909). De ahí que en el desarrollo posterior de su método, incluyera ejercicios que contribuyesen al desarrollo de una o varias de las anteriores cualidades musicales básicas.
Por ejemplo:
En este ejercicio los alumnos mantienen una pelota en la mano. El profesor toca el piano siempre el mismo ritmo aunque improvisándolo en distintos  tiempos.
El piano solo propone el primer compás anacrusa del ritmo que trabajar: las cuatro corcheas. Los niños/as lanzan la pelota con la primera nota que sigue y la atrapan con la segunda. En el tiempo que duran las cuatro corcheas deben reaccionar y decidir en qué momento preciso tendrán que tirar la pelota. Cuando el profesor cambia el tempo de las cuatro corcheas obliga al alumno/a a prever el momento y la fuerza con la que mandará la pelota al aire para estar en condiciones de cogerla.
Con este ejercicio se adapta a situaciones espacio-temporales que varían constantemente, así como mantener el referente rítmico de que la negra dura igual que dos corcheas (=); es decir, se está desarrollando la sensibilidad nerviosa del alumno y reafirmando su sentido rítmico.
Con el mismo ejercicio, se puede desarrollar también la agudeza auditiva  si indicamos a los alumnos que, cuando la sucesión de las cuatro corcheas sea subiendo una escala ascendente, lanzarán la pelota al aire; pero si sucede en sentido descendente, la arrojarán al suelo.
También con este ejercicio se pueden exteriorizar las facultades emotivas si se sustituye la pelota por un gesto. Es decir, tras escuchar las cuatro corcheas, el alumno debe reaccionar sobre las dos negras siguientes con un movimiento expresivo a su elección, inspirado en el carácter y el matiz de lo que acaba de  escuchar.
B)    Lagunas observadas en las interpretaciones de los futuros músicos  profesionales.
Los defectos de los alumnos le permitieron definir el campo de la Rítmica. Los defectos consistían en no saber mantener la pulsación durante una interpretación y acelerar y/o redactar el movimiento, no saber retardar un movimiento que sí lo requiere, atropellar o entrecortar la ejecución, acentuar con rudeza o con impresión, no matizar por gradaciones continuas (del piano al forte y a la inversa) o parafrasear (expresar  el  fraseo  musical  lógico), ser incapaz de ejecutar simultáneamente dos o más movimientos contrarios, etc. Comprobó así Dalcroze la considerable importancia que tiene el equilibrio del sistema nervioso en la ejecución de los movimientos.
A todo esto lo llamó arrimita musical, y le atribuyó causas de carácter físico. La arrimita proviene de una falta de coordinación entre la concepción del movimiento y su realización y la clasificó entres categorías:
A nivel de emisión
A nivel de transmisión
A nivel de ejecución
La incapacidad del cerebro para dar órdenes suficientemente rápidas a los músculos encargados de ejecutar el  movimiento
La incapacidad del sistema nervioso para transmitir estas órdenes fiel y tranquilamente.
La incapacidad de los músculos para ejecutar los movimientos irreprochablemente. Es decir, porque los intérpretes por debilidad    o por falta de entrenamiento no cumplen bien su  cometido

Por eso crea una serie de ejercicios tendentes a mejorar estas insuficiencias: en primer lugar, mejora la flexibilidad muscular y la precisos; por otro, a desarrollar la comprensión y disminuir los tiempos de respuesta; y por último, a mejorar la calidad del control ejercido por los diferentes miembros, eliminando movimientos  inútiles.
C)    En las aptitudes motrices de los primeros alumnos de  Rítmica.
Los defectos de la expresión musical rítmica son defectos del cuerpo en general. El ejercicio particular del ritmo en tal o cual miembro no hace eurítmico el cuerpo entero, mientras que con los ejercicios de Rítmica sí se consigue adaptarlo fácilmente a los fines particulares. En los adultos es más difícil deshacer hábitos motrices, de ahí que comiencen con los niños. Trabaja así las relaciones existentes entre rapidez y lentitud, fuerza y flexibilidad, movimiento y detención, sonoridades y  silencios.

La Rítmica

Es una educación del sentido rítmico-muscular del cuerpo para regular la coordinación del movimiento con el ritmo, de forma que trabaja  simultáneamente:
1.    La atención, ya que ha de mostrar lo que siente y registrarlo  inmediatamente.
2.    La inteligencia, ya que tiene que comprender y analizar lo que ha  sentido.
3.    La sensibilidad, para sentir la música y penetrar en el movimiento  musical.
Se propone convertir el cuerpo en instrumento de interpretación rítmica, mental y emocional. Por ejemplo, relaciona diferentes acciones corporales con  diferentes sentimientos: el miedo (o la sensación de miedo) provoca repetición en los movimientos, la alegría, apertura corporal y dilatación del movimiento.; el deseo, una extensión del gesto; el enfado, una contracción de los músculos, etc.
Así ordena las funciones de tipo sensorial y nervioso y emocional, desarrolla la imaginación y armoniza las facultades corporales. Junto con la atención, la inteligencia y la sensibilidad desarrolla también los reflejos, el gusto estético y la integración en una  disciplina de grupo.
La Rítmica se caracteriza demás porque:
1.    Su finalidad es desarrollar el oído musical, los sentidos melódico, tonal y armónico   a través de lo que Dalcroze denominó un sexto sentido, el muscular, que  se  desarrolla a través de la experiencia del  movimiento.
2.    El cuerpo puede ser el medio de representación de cualquier elemento musical del ritmo, la melodía, la dinámica, la armonía y la  forma.
3.    Destaca el concepto del ritmo como base del solfeo. El ritmo no se debe estudiar como un medio abstracto, insensible, hay que experimentarlo a través  del movimiento.
4.    Apela constantemente al esfuerzo personal.

 Tipología de ejercicios en función de los  objetivos  que  persigue la Rítmica

1. Lograr que el niño tome conciencia de sus propias fuerzas así como de las resistencias que se les oponen a su organismo: Para Dalcroze el movimiento corporal es una experiencia muscular percibida por un sexto sentido llamado sentido muscular. El trabajo con este sentido irá encaminado a   la toma de conciencia de sus posibilidades y resistencias. Es necesario destruir los antagonismos de sus propios músculos, liberar sus movimientos para que sirvan con perfección al pensamiento, a la orden del cerebro. Los ejercicios de  relajación muscular y  de respiración son de gran importancia, así como los de  atención.
La contracción y la relajación musculares, cuyo ejercicio está estrechamente relacionado con el de la respiración, son parte de esos pocos dominios mediante los cuales   la Rítmica intenta instaurar el sentido de la economía del movimiento y de su posible diversificación.
EJERCICIO N° 1.
Objetivo: Desarrollar la relación corporal.
Actividad:
En la sala se distribuyen por el espacio igual número de sillas que de alumnos. Cada uno se sienta en su silla lo más cómodamente que crea estar. Sonará siempre en el piano una improvisación que tendrá en  común el mismo ritmo formado por  dos compases. En el primero, de cuatro negras, los niños buscarán cada vez una nueva postura, en el segundo, se sentirán relajados en esa postura mientras suena el calderón. El silencio que sigue en el calderón es señal de que se prosigue con un nuevo  movimiento.
Dar flexibilidad y perfeccionar los medios físicos, a  través   de  una   serie  de movimientos que ponen en juego los músculos, las articulaciones y aseguran rapidez y seguridad de reflejos. Los ejercicios imponen una ejecución del movimiento  con  doble forma: impulso e inhibición exigiendo al niño que cambie de una dirección a otra, de un movimiento a otro, frene bruscamente, lentamente,  etc.

EJERCICIO N° 2.
Objetivo: Favorecer la atención e independencia
Actividad:
Se distribuyen por el suelo tantos bastones como niños. Cada niño se sitúa detrás de un bastón y salta por encima con los pies juntos y corre al siguiente sin perder el compás.
Se colocan en el suelo varios aros. Los niños bailan al ritmo de la música. Atienden   a las siguientes consignas: a un golpe de pandero, se mete uno en cada aro; a dos golpes, dos en cada aro; a tres golpes, tres en cada  aro.
En el primer compás percuten la pandereta, en el segundo sueltan la pandereta en el suelo y se desplazan en busca de otra pandereta. Se repite el ejercicio varias  veces  sin  perder el compás.


Existen otros ejercicios que pueden desarrollar los siguientes objetivos:
1.    Controlar e inhibir el movimiento
2.    Mostrar velocidad en el movimiento, reflejos.
3.    Diferenciar acordes mayores de acordes  menores.
4.    La audición y memorización inmediata.
  1. Desarrollar el sentido de equilibrio del cuerpo, para que asegure soltura y elasticidad de movimientos.
6.    Expresar distintos ritmos como respuesta a una señal.
  1. Desarrollar el sentido intuitivo de la distancia y una acomodación instintiva de la acción y los movimientos en el espacio de forma individual y colectiva: líneas, corros, farandolas (puertas y caracoles), parejas, reels (pases y cadenas).
8.    Crear formas espaciales.
9.    Desarrollar la orientación espacial
10. Ocupar el espacio.
11. Relacionar espacio-tiempo.
12. Desarrollar las nociones espacio-temporales. Traducción musical de  diversos espacios.
13. Desarrollar el oído musical

Referencias Bibliográficas:
BACHMANN,  Marie-Laura (1998):  La Rítmica Jacques-Dacroze. Una educación por la música y para la música,  Colección  Pirámide  Musica,  Ediciones  Pirámide, Madrid.  Pág. 122.
DALCROZE, Jacques (1909): El ritmo, Sandzo, París. Pág. 67.


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